
La pareja compartió una apacible tarde en el barrio de Palermo, donde comieron en un restaurante vegetariano de Honduras y Ravignani, según informó la revista Paparazzi. Pero si la onda verde no fuera suficiente, Espósito demostró que además de cultivar la vida sana es una chica poco materialista, ya que fue ella misma quien pagó la cuenta al terminar de comer.
Después, Amadeo le quitó el candado a su bicicleta, ambos se subieron (ella sobre el portaequipaje, bien agarrada de él) y se fueron del lugar a pedaleo limpio. La única parada que hicieron fue en la esquina de Cabrera y Arévalo para que ella pudiera mirar mesas ratonas en la vidriera de un anticuario.
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